Desde Mesón de Guadalupe, en San Juan Mixtepec, Oaxaca, la escritora y promotora cultural Celerina Patricia Sánchez Santiago teje puentes entre la memoria ancestral y la creación poética contemporánea. Su voz, escrita en tu’un savi (mixteco) y en español, se alza como un acto de resistencia, identidad y continuidad cultural.
Como parte de su proyecto apoyado por el Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA) 2024 de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, Celerina trabaja actualmente en tres nuevos poemarios, cada uno dirigido a una etapa de la vida: infancia, juventud y adultez. Su propósito es claro: acercar la poesía en lengua indígena a las nuevas generaciones.
“Escribir en mi lengua es una forma de decir: aquí estamos, aquí seguimos”, señala la autora.
El primer libro, titulado Memorias de los pasos, estará compuesto por 50 poemas para niñas y niños, y será entregado en 2025. “Me interesa mucho el pensamiento infantil. Crear desde ahí es también reencontrarme con la niña que fui”, comenta Celerina. Su sueño es que la obra llegue a infancias hablantes de distintas variantes del tu’un savi y que puedan reconocerse en su lengua: “Que puedan decir: esta lengua también escribe, también canta”.
El segundo poemario, Ichitsana, Camino Antiguo, se centrará en la juventud y los desafíos de crecer entre dos mundos: el indígena y el mestizo. “Es una exploración del desconcierto y la búsqueda que vivimos como jóvenes Ñuu Savi en contextos interculturales”, explica.
El tercero abordará la etapa adulta desde una perspectiva crítica, como un testimonio de los procesos históricos de los pueblos originarios. “Es una reflexión sobre lo que nos ha atravesado como comunidades, sobre los puentes que tejemos entre lenguas, resistencias y memorias. Hablo también de lo que podemos transformar”.
La lengua como raíz y resistencia
Además de su labor literaria, Celerina trabaja en la enseñanza oral del tu’un savi en tres comunidades, con énfasis en la transmisión entre madres e hijos, mediante círculos de aprendizaje donde la palabra compartida es el eje. “Es un esfuerzo pequeño frente a todo lo que se necesita, pero es el grano de arena que podemos poner”.
También reflexiona sobre el reto de traducir poesía desde el tu’un savi al español: “No todo se puede decir igual. Hay conceptos, metáforas y contextos que no existen en ambas lenguas. Traducir es también crear, es interpretar poéticamente”.
Sánchez subraya que la escritura es una forma de dignificar lo que por años se intentó borrar: “Nos dijeron que nuestras lenguas no servían, pero fueron nuestras civilizaciones las que desarrollaron la escritura ideográfica. Los códices son prueba de ello. Hoy tenemos que recuperar esa herencia y seguir escribiendo nuestro presente”.
Aunque reconoce avances en la visibilización de las lenguas indígenas, advierte que aún persiste la creencia de que es mejor hablar español o inglés. “Eso es resultado de siglos de discriminación. Por eso es tan importante crear, hablar y vivir nuestras lenguas. Porque tenemos palabra, tenemos historia, y tenemos futuro”.
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