El cine no solo entretiene; también documenta y reflexiona sobre la vida social, cultural y simbólica de distintas épocas y regiones. Así lo dejó ver la más reciente sesión del Seminario Internacional de Cocinas, organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través de su Coordinación Nacional de Antropología.
En esta ocasión, el seminario abordó el tema de la comida como expresión cultural y social en el cine, a partir de la conferencia presentada por los académicos César Yáñez Santamaría y Ana Victoria Flores Vega, de la Universidad del Caribe. La sesión fue coordinada por las investigadoras Yesenia Peña Sánchez y Lilia Hernández Albarrán, del INAH.
“La comida va más allá de lo biológico: es un elemento central de la vida social, ritual y simbólica de las comunidades. Y el cine, ya sea documental o de ficción, puede ayudarnos a entender esa dimensión cultural”, señaló Peña Sánchez.
Durante su participación, Flores Vega explicó que la etnografía —especialmente la microetnografía— permite analizar cómo la comida refleja dinámicas sociales concretas, en contextos específicos de tiempo y lugar. Definió la gastronomía como un campo de estudio que trasciende la cocina, pues articula dimensiones físicas, culturales e intelectuales.
La charla también abordó las diferencias entre cine documental y de ficción, subrayando que muchos directores imprimen su visión personal al tratar temas sociales o culturales, lo que vuelve clave considerar una perspectiva ética y antropológica.
Lilia Hernández destacó que el cine no solo retrata realidades, sino que también genera discursos e influye en la forma en que entendemos temas identitarios, políticos o sociales. Por eso, dijo, el trabajo etnográfico debe formar parte del proceso creativo, aunque esté sujeto a reinterpretaciones.
A su vez, Yáñez Santamaría habló sobre la relación entre comida, cine y representación cultural. Analizó películas como El sabor de la vida (Trán Anh Hùng, 2023), ambientada en la Francia de 1880, donde la conducta en torno a la mesa revela rasgos profundos de esa sociedad.
También mencionó Comer, beber y amar (Ang Lee, 1994), que contrasta las tradiciones culinarias orientales y occidentales como símbolo de identidad y vínculo familiar, y Azúcar y estrellas (Sébastien Tulard, 2023), que refleja el choque cultural que enfrenta un joven inmigrante en el mundo de la alta cocina francesa.
Finalmente, destacó el caso de Pan y circo (Diego Luna, 2020), un proyecto mexicano que utiliza la gastronomía como punto de partida para debatir sobre temas sociales, políticos y de actualidad. “Aun en medio del confinamiento por la pandemia, la comida siguió siendo un espacio de encuentro”, concluyó.
La próxima sesión del seminario se llevará a cabo el 1 de julio de 2025, a las 11:00 horas. En ella, la investigadora Águeda Chávez, de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, hablará sobre La literatura, un repositorio de los sabores y saberes de la gastronomía rural hondureña.
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